En el seminario la comunidad celebró el encuentro en un ambiente enriquecido que nos permitió conectarnos con nosotros mismos, con los otros y la totalidad de lo viviente.
Jugamos, danzamos, dialogamos, reflexionamos, pulsamos la vida, vivenciamos los principios de la Educación Biocéntrica.
Nutrimos la matriz grupal, nos conectamos con nuestros potenciales creativos, con la confianza y la esperanza que se pueden construir modos saludables de vida en los diferentes espacios organizacionales.
En los espacios de diálogo y escucha amorosa pudimos ir reconociendo amorosamente las huellas de los maestros significativos que nos acompañaron a lo largo de nuestras trayectorias escolares.
Cada uno de nosotros es una pieza clave para crear un mundo más armonioso y equilibrado. Juntos, podemos generar un impacto positivo en nuestra comunidad y en el planeta.